Hijo:
Desde que te despedimos que he pensado y varios me han comentado lo difícil que será este mes por la cantidad de fechas importantes y a la vez muy especiales para nosotros. Vamos por parte:
1. Fin de Noviembre: Debido a una responsabilidad moral, asistí a la Licenciatura de Cuartos Medios del Colegio Industrial Las Nieves. Te contaré, mi pequeño hijo, a parte de la emoción lógica de la ceremonia, he vivido algunas situaciones especiales. En primer lugar, recorrí el patio y recordaba el show a beneficio en tu ayuda, recordaba el lienzo y además el día que salí de ahí. En mi escritorio estaban los cuadernos, apuntes y demases, esperando por mi regreso. Al iniciar el acto de Licenciatura, se procedió a la oración y me emocioné bastante; hacía ya mucho tiempo que no la escuchaba y esta vez no te nombraron como ya era costumbre, no se pidió por tu salud y ese sólo hecho me volvió a recordar que ya no estabas. Eso sí, se ha pedido por tu madre. El término de la ceremonia implicó que varios alumnos me abrazaran, me deseaban fuerzas y me confesaban su admiración.
2. Primero de Diciembre: Ese día finalizaba la Teletón. Recordé nuestros juegos. Esta vez nadie saltó sobre mi cama al despertar, nadie cantó en mi oído para que fuésemos al banco, nadie jugó a enojarse cuando decía que realizáramos una transacción electrónica. Y créeme lo extrañé.
3. Seis y Siete de Diciembre: Como ya hace 15 años viajé a Lo Vásquez. Este era un viaje especial; necesitaba cerrar un ciclo. Quizás vuelva a ir el próximo año, no lo sé. En este viaje muy acompañado; aparte de mi tío segundo, iba tu tío Claudio, Víctor, Fabricio, Jorge y por supuesto tú. Sé que me acompañabas. Llevaba puesto tu gorro y te sentía a cada momento. Ingresé a la iglesia y recordaba cada viaje. Hijo mío, la mayoría de las veces que realicé este sacrificio fue por ti. Cada vez que mis piernas o mis pies flaqueaban sabía que no podía rendirme pues luchaba por ti.
Hijo, no sé como abordaré anímicamente la fiesta navideña de mi trabajo al tú no estar, no sé como armaremos ese árbol de navidad, no sé como celebraremos el cumpleaños de tu hermana, no sé como será esa noche buena y como finalizará este año. Lo que sí sé, lo que sí está claro que toda nuestra familia por el bien de tu hermana y tus primos tratarán de disimular su dolor, pero créeme interiormente estaremos llorando y estaremos desgarrados pues no estarás físicamente con nosotros.
Finalmente, mi bebé, tú que eres un ángel, tú que nos demostraste lo que era luchar, tú el que todos los días a pesar del dolor nos regalabas una sonrisa, tú niño bueno y hermoso, tú que ahora eres una luz que nos ilumina a todos nosotros, por favor hijo, habla con Dios, pídele por Matilda, ayúdanos Principito Valiente pues tu madre, yo y nuestra familia no sé si podrá soportar otro gran dolor.
TE AMO FRAN, TE EXTRAÑO FRAN, TE ESPERO FRAN.
Te ama más que su propia vida,
Tu padre
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