Hijo Mío:
Sí, lo sé. Hace tiempo que no te escribo. La verdad es que no había querido hacerlo. Durante enero y parte de febrero me armé de valor y comencé a ordenar un poco la casa, incluyendo tus cosas. Es extraño hijo, siento que no te has ido, siento que volverás pronto.
Tus cosas están dispuestas para cuando regreses. Al igual que las nuestras, la ropa está embalada y tenemos una tenida tuya en la cabecera de tu cama. En un cajón de la cómoda hay más tenidas.
Los juguetes eso sí, los guardé. No quiero que se estropeen. Quiero que estén dispuestos para cuando vuelvas y quieras jugar con ellos.
Sabes, hijo, me he llenado de recuerdos. Con cada juguete, cada escrito tuyo; cada cuento que te gustaba que te leyeran. Cada cuaderno con muy poca escritura y más de alguna travesura.
Con tu madre pasamos un período que no estábamos para nada bien. Es más, ni siquiera nos podíamos consolar uno a otro. Con tu tío Claudio conversamos para salir pronto de vacaciones, aunque sean unos días a la playa. Así que conversamos con el Juan, La Gilia, La Colita, La Pau y nos fuimos junto a La cami, el gabo, la Isi, el Diego y más de algún símbolo que te representa y representa también a Matilda. Arrendamos en Loncura, la playa que tanto amas y allá nos encontramos con Karina, Roberto, Felipe, Maca y el Nato. Esa salida sirvió para relajarnos un poco. Sin embargo, era inevitable pensar que estarías haciendo en cada uno de los momentos que vivimos. Era inevitable imaginarte jugando en la arena y arrancando de las olas.
He pensado mucho en ti, hijo mío. A veces me siento ahogado. Siento que el corazón se acelera y el pecho muy presionado. Me cuesta detener las lágrimas y ya no me importa quien esté adelante o al lado mío. Ya no las puedo disimular
Mi Fran ¿Cómo está tu hermana? Dale un besito de mi parte y de toda nuestra familia. Dile que la amamos mucho y que se presente en nuestros sueños con una sonrisa. Dile que también pensamos mucho en ella y que nos imaginamos como hubiera sido más grandecita.
Francisco ¿Volverás cierto? Dime que sí. Estoy a punto de cumplir una promesa que te hice y que pronto publicaré en este blog. Además, la campaña está a punto de finalizar y se han juntado muchos útiles, aunque falta bastante todavía. Día tras día se suman nuevos amigos a la comunidad dispuesto a ayudar a quienes lo necesitan.
Te extraño hijo mío; te extraño demasiado. Pronto se reiniciará el período laboral y escolar; temo mucho el cómo enfrentaremos estos desafíos.
Francisco, el otro día escuchaba una canción y pensaba en el ser de luz que eres. Pensaba que más de alguien se dio cuenta de la luz que irradias y te catalogó como un niño especial. Eres tan especial hijo mío, que para todos, más allá de tu genio, se les hace muy fácil quererte. Eres un ser mágico. Eres un unicornio y debido al color que te gusta eres mi "Unicornio Azul". Sí, así es; como la canción de Silvio Rodríguez. Nunca le había encontrado mayor sentido a ese tema. Eres mi unicornio azul que extravié, pero no te preocupes te recuperaré, te buscaré y te esperaré ¡Vuelve Fran, vuelve!
Te ama,
Tu papá
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